Monthly Archives:

Maggio 2020

Madrid

DE CÓMO VOLVÍ A SENTIR MI CUERPO

Estoy sentada en el sofá en casa de mis padres, acabo de comer. Me siento inquieta, como si tuviera un nudo en el estómago, estoy temblando. Me muerdo los labios pensando en lo que acabo de comer. Un poco de arroz con una cucharada de salsa de tomate. Quizás haya puesto demasiada cantidad, la próxima vez mejor hacerlo solo con aceite y sal. Y media manzana. La otra la comeré por la tarde si tengo mucha hambre. Igual he comido demasiado, ¿cómo pienso poder adelgazar si sigo comiendo?

Intento distraerme con una llamada, mirando una serie en la tele, pero tengo muy claro dónde está realmente mi atención. ¿Y si lo hiciera solo esta vez? Va a ser la última, nadie se va a enterar..Al final no es tan grave como lo pintan, me están agobiando con este tema pero yo controlo la situación, soy yo quien elige cuando puedo parar. 

En aquel momento no entendía la dependencia que me producían los atracones, sobre todo por la sensación de libertad que me generaba. No sabiendo cómo gestionar mis emociones, lo que hacía era vomitarlas literalmente, sacar todas las exigencias que tenía, soltar el control y liberarme del peso que sentía, de la angustia por no ser perfecta, de esa estructura tan cuadriculada que me imponía. 

Y así pasé muchos años de mi adolescencia, contando las calorías de cualquier cosa que ingería, sintiéndome culpable por comer esto o lo otro, mirándome al espejo y viendo una imagen distorsionada de mi misma, recurriendo a los atracones cuando podía para desahogarme y cuando no, intentando comer lo menos posible. Durante mucho tiempo no pude darme cuenta que era perfecta tal y como era, que ser REAL era el mejor regalo que podía hacerme..Qué no hacía falta estar siempre impecable, combinar las bragas con los calcetines, los zapatos, el bolso, los pendientes…Que podía ser una niña estudiosa y responsable solo si así lo quería, que no tenía que ser la mejor en todo o ser la más delgada. No tenía que acertar siempre con mis decisiones, ser la que más gusta a los chicos, estar siempre de buen humor. Lo que recuerdo de aquellos años es que estaba apagando mi brillo, mi chispa, mi esencia. Estaba luchando contra mi misma para ser el producto ideal de una sociedad patriarcal y capitalista, una sociedad que constantemente quiere más y más de las mujeres y en la que nunca llegarás a alcanzar el ideal que requieren, porque siempre te pedirán algo más, algo más, algo más. 

A este propósito, quiero compartir contigo un párrafo del libro de Nuria Varela “Feminismo para principiantes”, en el que ella entrevista a una mujer que tuvo durante muchos años problemas de anorexia y bulimia:

A este propósito, quiero compartir contigo un párrafo del libro de Nuria Varela “Feminismo para principiantes”, en el que ella entrevista a una mujer que tuvo durante muchos años problemas de anorexia y bulimia:“La anorexia no se cura equilibrando el peso de la enferma, hay que equilibrar a la persona y de paso, a una sociedad que esclaviza a las mujeres que quisieron ser libres y están presas de la moda, doblegadas por una cultura que las predetermina, que les impide la libertad de ser, de elegir su propio destino Estas chicas son excelentes estudiantes, muy rígidas en su forma de pensar, muy estructuradas. La sociedad busca, fomenta, mujeres perfectas y las niñas reciben esta presión, pero cuando llega la adolescencia se quiebran porque no son capaces de seguir las exigencias de su entorno tanto en rendimiento escolar como en imagen. Son las enfermas del desencanto de un mundo que un día les susurró que era mujeres libres cuando sólo pretendía esclavas, sumisas consumistas, adornos bonitos sin fuerza para correr ni músculos para luchar”

El darme cuenta de que no era yo la que realmente estaba decidiendo por su vida y el trabajo que empecé a hacer para quererme más y de verdad, junto al despertar de una conciencia feminista y el amor de las personas a mi alrededor, fueron las claves para ser compasiva conmigo misma y empezar a conocerme, dándome la mano y no luchando contra mi. Después de diez años de haber superado esa enfermedad, es la primera vez que escribo sobre ello y sobre la relación que tuve con mi cuerpo, y lo hago ahora porque creo que hace falta compartirlo, siendo un problema cada vez más común. También espero que mi experiencia te haga reflexionar sobre la relación que tienes con tu cuerpo; aunque no hayas pasado por mi experiencia, es probable que, de alguna manera, seas exigente y severa con tu cuerpo y con tu juicio hacía él, sin que muchas veces te des cuenta de ello. 

Te pregunto, ¿Por qué te cuidas? ¿Cuántos actos, de entre todos los que haces para cuidarte  (comer bien, hacer deporte, utilizar productos o cierta vestimenta) son realmente para tí, y cuántos para parecer guapa y aceptada en esta sociedad? ¿Qué piensas de tí cuando te miras al espejo? ¿Cuánta compasión tienes hacia ti misma?