
Recuerdo que hace un año (y a día de hoy a veces sigue siendo así!), mis mañanas empezaban como una verdadera pesadilla: despertándome a último momento, corriendo de arriba a abajo para no llegar tarde a trabajar y llegando a la oficina con hambre porque no me había dado tiempo desayunar. Aún así, no me explicaba por qué tenía dolor de cabeza por las mañanas y una sensación general de desubicación y falta de concentración. Gracias a la suerte que he tenido de poder parar un año y tomar la vida con más calma, he desarrollado una rutina mañanera que se adapta mucho más a mi ritmo natural y a mis necesidades, y ahora es uno de mis momentos favoritos del día. Con hacer solo una de las siguientes cosas que te propongo, verás como tu mañana va a empezar de manera completamente distinta!
Mantener el móvil apagado hasta después del desayuno (una hora más o menos desde que te despiertas): sé que para muchos es difícil y para mi también sigue siéndolo, pero de esta manera podemos conectarnos primero con nosotros mismos y luego con lo que hay a nuestro alrededor y estar preparados a recibir información a través de whatsapp, llamadas, redes sociales, periódico etc. Si por alguna razón personal o profesional no es posible para tí tener el móvil apagado, silencia whatssapp (o por lo menos los grupos) y evita conectarte a las redes sociales
Pensar en tres cosas que tengas en tu vida por las que puedas sentirte agradecida: este ejercicio es muy sencillo y nos hace reflexionar sobre las cosas positivas que ya tenemos en nuestra vida y que muchas veces pasan desapercibidas. Puedes hacerlo desde tu cama hablando contigo misma o en voz alta, o si prefieres puedes escribirlas para volver a leerlas antes de irte a dormir. El efecto de esta sencilla dinámica es recrearte en lo positivo desde que te despiertas y cultivar la gratitud. No tienes que buscar ejemplos de gran valor para agradecer, pueden ser acciones muy sencillas pero que tienen una gran importancia como tener agua y comida, un cuerpo o cerebro sano, brazos para abrazar, ojos para ver las cosas bonitas que tienes a tu alrededor. Simplemente agradece por lo que se te ocurre en el momento.
Escribir las páginas de la mañana: se trata de escribir 3 páginas a vuelapluma en cuanto te despiertas y hacerlo todas las mañanas. No hay que pensar mucho sobre lo que quieres decir, simplemente escribir estas páginas siguiendo el flujo de tus pensamientos. Puedes escribir cualquier cosa que se te pase por la mente, aunque sea la lista de la compra o lo que tienes que hacer durante el día. Si no se te ocurre nada, hasta puedes repetir la misma frase hasta que se acaben las tres páginas. Estas páginas no tienen que ser brillantes, inteligentes o creativas y no hay una manera correcta de escribirlas, son para tí y sirven para quitar de la cabeza todos esos pensamientos y preocupaciones que nos impiden centrarnos y fluir durante el día. Nos permiten plasmar en el papel nuestras ideas, pensamientos, miedos, negatividades y ir más allá de ellas
Activar el cuerpo: Hacer ejercicio por la mañana tiene un doble beneficio, ya que por un lado nos hace despertar (yo desde que lo hago no necesito café por la mañana) y por el otro nos permite entrar en conexión con nuestro cuerpo, activarlo y así reconocer nuestra presencia en el presente. El ejercicio mañanero nos proporciona energía para afrontar el día y la calma necesaria para enfrentarnos al trabajo o liderar situaciones de estrés y nos ayuda a centrarnos. Puedes hacer ejercicios de cardio, yoga o lo que más te gusta, pero mi consejo es hacer algo que te active y al menos 15 minutos. Yo por la mañana suelo hacer estiramientos, unos saludos al sol y otras posturas, dependiendo del tiempo que tengo, y postraciones. SI te pueden servir, las cuentas que sigo de yoga en instagram son: xuanlanyoga (también tiene videos muy buenos en youtube), carlasanchez.well, reinodeanita, gracecbuddy, raquelmcastilloo, lostinthevillage
Meditar: entrenar la mente y practicar la atención consciente es una de las mejores maneras para empezar el día. A veces cuesta hacerlo, pero puede ser útil empezar a meditar por poco tiempo al principio y entrenar de manera programada y progresiva, respetando las limitaciones que se pueden encontrar. Lo único que necesitamos es tiempo, práctica y amabilidad con nosotras mismas. A mí me gusta meditar un rato después de la actividad física y por la tarde antes de ducharme o cenar para ir relajándome antes de ir a dormir. Suelo practicar la meditación vipassana aunque en los días en los que me cuesta concentrarme me gusta poner mantras
Preparar un desayuno que te guste: el desayuno es mi momento de autocuidado favorito.
Representa un ratito especial conmigo en el que no voy de prisa y me dedico el tiempo que necesito para elegir lo que quiero comer, preparar lentamente el desayuno paso a paso y degustarlo con cariño. ¿Qué tal si tomas un momento para conectar con tus sentidos, mirar lo que has preparado con amor, olerlo y saborearlo como si fuera la primera vez que pruebas algo parecido? Hacer de la comida un acto consciente puede ser un verdadero regalo para empezar el día. Aquí te dejo mis opciones favoritas para desayunar, igual te sirven de inspiración: tostada con aguacate, yogurt natural con fruta fresca y frutos secos, pan con nutella casera y fresas, tortitas de plátano con crema de cacahuetes y arándanos, smoothies de mango u otra fruta, bizcocho de zanahoria casero con una fruta..También te dejo algunas cuentas de instagram que sigo y que pueden darte más ideas: comidareal, futurlife, tictacyummy, tamarofranco, realfooding
Programar el día: hacer una lista de las tareas de tu día, dividiéndolas según lo que puedes agendar y posponer para más adelante, lo más urgente, que es necesario hacer de manera inmediata, las cosas que puedes delegar y la “papelera”, donde entran las cosas que puedes eliminar o dejar a un lado hasta que adquieran más importancia. Este método se llama Cuadrante de Eisenhower y personalmente lo encuentro muy útil para poder priorizar las tareas y para mí, que tiendo a ser perfeccionista y autoexigente, me da un cuadro real de las cosas más importantes y las que pueden esperar. Si eres como yo, otro ejercicio que te puede venir bien es escribir al final del día todas las cosas que has hecho, ya que seguramente has realizado muchas más tareas de las que crees
Estas son las rutinas que me ayudan a empezar el día de manera más consciente y sintiéndome mejor. A veces no puedo hacer la rutina completa e intento priorizar algunas de las actividades según como me sienta y lo que más necesito en ese momento. Como siempre, se trata de escucharse y auto-observarse para entender tus necesidades y actuar desde allí. No hay una rutina correcta sino encontrar la que a ti te funcione 🙂